Recuerdo de Toledo
El pasado viernes 15 de noviembre los alumnos de la clase de TRES CULTURAS y algunos más, visitamos Toledo y resultó mucho mejor de lo esperado, y es que esta ciudad nunca decepciona. Nuestra primera parada, como no podía ser de otro modo, fue la plaza de ZOCODOVER, donde se puede sentir siempre el ambiente y el bullicio de esta capital manchega. Allí nos habíamos citado con el que sería uno de nuestros primeros “explicadores”: el profesor Arturo Ruiz Taboada que nos condujo hacia la Mezquita de Bab al-Mardum. También en Zocodover coincidimos con un grupo de estudiantes y profesores de la NYU en Madrid, está claro que uno no debe irse, después de estar varios meses en España sin haber visitado TOLEDO.
Siguiente parada: Museo del Greco. Allí su director Juan Antonio García Castro nos saludó personalmente uno a uno y nos obsequió con una pequeña guía de esta casa-museo. Después el conservador jefe nos paseó y explicó todas las salas. La magia y el color de El Greco son difíciles de entender en un libro, pero allí parece que exploten y te salpiquen.
Última parada de la mañana: Museo Sefardí. Visitar una sinagoga con más de 700 años es algo que no siempre puede hacerse. El edificio construido por Samuel ha-Leví (tesorero del rey Pedro I) alberga en su interior lujosas yeserías, un artesonado maravilloso, un jardín de la memoria, una excavación arqueológica de su zona de baños rituales… Pero el hambre apremia y ya es hora de comer.
Por la tarde visitamos la iglesia de San Juan de los Reyes, la verdad es que impresiona ver colgadas en su fachada las cadenas que los esclavos cristianos liberados tras las batallas de Málaga y Granada.
El mazapán típico de la Navidad española, y dulce por excelencia de la ciudad, fue la compra más repetida, para regalar pero también para saborearlo allí mismo. El frío empezaba a hacer estragos, y alguno no pudo resistir ¡¡¡comprarse una bufanda!!!
No podíamos irnos sin ver como el río Tajo abraza la ciudad, así que nuestro conductor, Sergio Ramos (nada que ver con el futbolista ;-))) nos hizo esa visita panorámica por la circunvalación de la ciudad que resulta siempre un regalo para la vista. Estaba comenzando a anochecer y Toledo ya había encendido sus luces; parecía una ciudad de cuento, una ciudad de otra época. Sin duda fue el momento más fotografiado de toda la jornada. Toledo te deja siempre una mochila llena de recuerdos y ganas de volver.
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