Visita a El Escorial… nos vamos conociendo :-) (por Inés Ferro)
Un sábado, 5 de septiembre de 2015…
Cuando llegamos a el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial aún no sabíamos todo lo que se escondía dentro de lo que Felipe II definió como “el palacio para Dios y la cabaña para mi”. El Escorial sólo cobra todo su sentido cuando lo visitas, cuando recorres los pasillos que el rey atravesaba y observas la gran relevancia que este monasterio tuvo para los reyes de España…¡así que ahí nos fuimos, a descubrir!
Tuvimos que madrugar, sí, pero mereció la pena por dos cosas: era el cumpleaños de Kanika (eso significa una buena fiesta asegurada) y pudimos cambiar durante una horas el ruido madrileño por la calma y el aire limpio de la Sierra. Nada más llegar nos dividimos en dos grupos, cada uno acompañado por un guía que se encargó de que cada detalle cobrara sentido. Pudimos descubrir historias sobre la realeza española y sus dominios en aquellos momentos, cuando Felipe II contaba con un imperio en el cual no se ponía el sol. Visitamos las tumbas (situadas once metros bajo tierra, justo debajo del altar de la iglesia) y entendimos por qué al caballero español se le llama Don Juan. Además, nos impresionó la sala de los secretos, diseñada de tal manera que susurrando algo en una de las esquinas de la sala, apenas audible por los que están cerca, se oye perfectamente en otros puntos mucho más lejanos. Por último, hay que destacar la biblioteca, la segunda más importante en relación a libros prohibidos en aquellos momentos, que alberga temáticas relacionadas con las 7 artes.
Después de la visita fuimos a comer tranquilamente, cada día nos vamos conociendo más y eso se nota. Hicimos planes para celebrar el cumpleaños de Kanika y hablamos sobre todo y sobre nada, como se hace con las buenas amistades.
Inés Ferro Viúdez, mentora de Madrid, otoño 2015
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