La otra cara de España

Una nueva generación española lucha contra los prejuicios más arraigados en la sociedad.
Hay infinitas cosas de ti que me encantan, España. Tanto como quiero el café con leche y la abundancia de comidas con huevo, la diversidad geografica en el país, y la belleza extraordinaria, hay alguna cosa de la que te quiero hablar.
Voy a ilustrarla con una historia. Durante esta semana, estaba caminando por el bosque con unos españoles cuando encontramos una piedra gigante al lado del camino con la forma de una cabeza humana. Alguien dijo que la piedra parecía un “indio” y otro dijo “Mohican.” Hace unos meses, quizás no me habría molestado, y habría seguido caminando, pensando que es una broma de la cultura española. Pero esto no es una broma. Durante las siguientes horas, pensé mucho en esta situación. ¿Por qué me dejaba con un mal sabor de boca y la sensación de que algo no es correcto?
Por la tarde, me di cuenta: el daño del comentario está en la falta de reconocimiento de que estas palabras puedan causar dolor. Habían basado sus palabras en un estereotipo y una imagen muy vieja y limitada. Había un tono de desprecio y superioridad en el hecho de que cuanto menos, las personas con las que paseaba no se parecían a la piedra con su nariz plana, frente ancha, y boca grande. Y aunque lo siento ahora, es un ejemplo del racismo y estrechez de miras que yo veo casi cada día en España.
Bueno, no quiero decir que todas las personas españolas sean racista. Tenemos bastante suerte con el staff y profesores del programa que, como españoles, luchan contra estos pensamientos, opiniones, y estereotipos cada día; y más importante, un grupo de estudiantes que quieren formar parte de una generación más abierta, buena, y pensativa que todas las de antes. Pero todavía me sorprende cuando oigo cosas claramente malas.
Como algunos de mis compañeros, tengo esperanza cuando veo a mis hermanos anfitriones jóvenes desafiando a las comentarios problemáticos de su familia e historia que me “mansplain” América y la manera de vivir, y me he sentido inspirada por las cosas que las estudiantes de mis clase de conversación decían después de nuestra elección, pero todavía es difícil reconocer que la cultura de “political correctness” a la que estamos acostumbrados en universidades liberales como Tufts o Skidmore no existe aquí (ni tampoco en el mundo real).

Katie Campbell, student blogger
Y por eso, me siento avergonzada de no haber hablado más fuerte cuando he oído estos comentarios, y de verme sorprendida cuando he oído estos comentarios dirigidos a alguno de mis amigos. Si un propósito de venir a España era aprender a manejar situaciones incomodas, es un área de que necesito trabajar más. Aunque claro que éste es un problema grande aquí, en cualquier caso mi experiencia en España ha sido muy, muy buena y ya estoy contando los días hasta que pueda regresar, y mientras esté aquí, voy a ser más proactiva y a tratar de decir lo que pienso.
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