Una tarde en el Palacio de Hielo
El miércoles 14 de febrero… ¿se celebraba algo en especial? ¡Exacto! Era el día de San Valentín, y como tal, teníamos una cita con los patines a la que no podíamos faltar. Fijamos el metro como punto de encuentro y nos dirigimos al Palacio de Hielo. Y si se te está pasando por la cabeza la imagen de un iglú gigante, déjame decirte que andas bastante desencaminado.
El Palacio de Hielo es un gran centro comercial, donde puedes encontrar un poco de todo, pero es especialmente conocido por la gran pista de hielo de la que disfrutamos todos ese día. Dejamos nuestras pertenencias en las taquillas, cambiamos las botas por un par de patines azules y nos lanzamos de culo a la aventura, literalmente. No todos sabíamos patinar muy bien (para algunos fue su primera vez) y no faltó alguna que otra caída o maniobra, pero eso no importó ni nos impidió pasarlo en grande. Si bien al principio costaba soltarse, al final de la noche intentábamos seguir el ritmo de la música que animaba el ambiente y los más atrevidos probaban algún giro o pirueta. Había algunos monitores y alumnos de patinaje que practicaban allí y era realmente impresionante ver la destreza que tienen bailando sobre el hielo.
Fue una buena sesión de ejercicio, diversión y risas a partes iguales. Acabamos agotados, ¡pero muy contentos! Al salir, varios estudiantes y mentores decidimos reponer fuerzas con una rica cena en los 100 Montaditos mientras comentábamos cómo nos había ido la semana. Estoy segura de que muchos repetirían la experiencia.
¡Gracias a todos por participar!
Julia Matsutani, mentora.
No comments yet.