Ross y yo en el supermercado

El pasado sábado yo tenía que hacer la compra en el supermercado, como es mi costumbre. Necesitaba ayuda para volver con mi carrito lleno de alimentos y le pregunté a Ross si podría echarme una mano.
– Por supuesto que voy contigo- me respondió.
Y allí nos fuimos a comprar todo lo preciso. Recorrimos las dos plantas, ya que necesitábamos adquirir un poco de todo: pollo, fiambre, frutas, verduras, bebida, leche y yogures, pan, etc. Creo que Ross encontró interesante ver todos los alimentos que luego yo preparaba y cocinaba.
Hubo una anécdota un tanto cómica cuando yo pedí permiso a una de las cajeras para hacernos una foto y, ante nuestra sorpresa, nos dijo que estaba prohibido. Dada su negativa reclamé la presencia de la encargada, la cual insistió en la misma postura, pero finalmente accedió y nos hizo la foto ella misma, ante mi argumento:
-Ross es mi hijo norteamericano durante cuatro meses y queremos tener una foto de recuerdo de esta mañana en el supermercado. ¡No puede negarse!.
Aquí está la foto para la posteridad, con nuestro carrito de la compra.
Ross es un joven muy interesado en el aprendizaje del español y en esta ocasión, además de la experiencia en el supermercado, tuvo oportunidad de vivir “el barrio”, es decir, que nos detuvimos en varias ocasiones a conversar con algunos vecinos conocidos, algo muy típico de mi zona, donde una gran mayoría llevamos años de vecindad.
Marisa Gil, madre anfitriona
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