Normalmente, los martes son ese tipo de días que caen en el olvido; de esos días que o están muy ocupados o demasiado vacíos. Qué mejor forma de romper con el mito, pensamos las mentoras y los mentores, que organizando un fantástico karaoke para convertir una cotidiana noche de martes en una verdadera fiesta de viernes.

            Así, el pasado 5 de noviembre a las 22.30h nos reunimos con las y los estudiantes e intercambios en el club Nomad. Es curiosa la manera en la que, a pesar de que normalmente nos dé un poco de vergüenza, nadie tuvo problema en salir a cantar. Tanto fue así que había que darse prisa para solicitar las canciones, pues ya se estaba formando una especie de lista de espera. Ello se debe a que no somos un grupo cualquiera: poco a poco hemos ido formando una gran familia, y de forma de apoyo, todo el mundo que salía a cantar contaba con el hecho de que tendría un coro de personas cantando incluso más alto. ¡Cómo para no hacerlo! Lo cierto es que nuestras diferencias se dejan a un lado cuando se trata de gustos musicales, o mejor dicho, los mejores hits de la infancia, pues canciones como Bot to the top de la mítica saga High School Musical no tardaron en comenzar a sonar. Ante esas letras que nos llevan persiguiendo desde los diez años, sinceramente una no puede controlarse.

            A lo largo de la noche, me alegró comprobar que todos y todas participamos: hubo grupos grandes, otros más reducidos e incluso algún y alguna valiente que se animó a cantar en solitario y dejó al público sin aliento. No pude evitar pensar cómo la música nos unió y llegué a la conclusión de que, si bien inconscientemente, ello hizo que nos conociésemos mejor al poder compartir nuestros gustos. Efectivamente, entre todas y todos logramos que lo que pudo ser una noche cualquiera quedase como un bonito recuerdo repleto de risas, música y momentos inolvidables. ¡A repetirlo!