Una visita al polémico Museo de América en Madrid_by Giovanna

Mi clase de Identidades e Interseccionalidades con la profesora Esther Mayoko Ortega, visitó el viernes pasado el Museo de América . Este museo es un museo nacional creado en 1941 y, después de unos trabajos de remodelación, fue abierto de nuevo en 1994. Lo primero que notamos fue la ubicación del museo — detrás del Arco de la Victoria–, un monumento que conmemora la victoria del bando sublevado fascista contra la segunda república española. Lo segundo fue cómo se estructura la exposición: el conocimiento de América, la realidad de América, la sociedad, la religión y la comunicación. Los títulos en sí son problemáticos y expresan opiniones e ideas desde la perspectiva de los europeos. El orden de la exposición también connota que antes del “conocimiento de América,” las personas indígenas no tenían sociedad, religión o comunicación. Además, la exposición no tiene suficientes textos informativos que permitan al visitantes desarrollar un sentido a lo que estaban mirando. Esencialmente, en muchas partes carece de contextualización. Esto es algo un poco raro para mí, especialmente teniendo en cuenta que este es un museo nacional (al mismo nivel que el Prado o el Reina Sofia). La mayoría de los museos que he visitado en los Estados Unidos están llenos de textos informativos.
En el conocimiento de América en diarios, otros textos e iconografías muestran a las personas indígenas como monstruos. Los colonizadores hicieron un dibujo de América como una tierra indómita con habitantes hostiles. Aunque es una exposición sobre la América, hay artefactos de África y de otros lugares que no están en las Américas, que muestran una falta de cuidado y respeto. Esto agrupa cualquier tierra y gente colonizada por los europeos como si fueran todos de la misma cultura y lugar.

Una parte de la exposición, usa palabras como: “los europeos” para describir a los colonizadores. Sin embargo, en “la realidad de América”, la palabra colonizadores en vez de “los europeos”, es usada para describir la “migración” de personas a las Américas. Este uso intenta excluir a los europeos (en este caso a los españoles), de tener un papel directo en el comercio de esclavos. Además, en esta parte de la exposición ( la única de todo el museo que habla de cómo “llegaron” los africanos a las Américas), se etiqueta la expulsión forzada de africanos de sus países como una migración, como si migraron voluntariamente a las Américas y no fueron capturados por la fuerza y vendidos. Hacia el final de la exposición, los artefactos de América del Norte se unieron en el mismo caso que los de América del Sur en vez de separarlos por su grupo indígena. Esto refuerza la idea de que todos los grupos indígenas son iguales y tienen la misma cultura dada la falta de distinción.

En esta misma parte, hay varios mapas impersonales que muestran las Américas y dónde se ubicaban principalmente los “grupos étnicos.” “Grupo étnico” se encuentra entre comillas porque la leyenda del mapa marca cada uno de los tres puntos como: “blancos, negros o indios.” Nunca ha existido un grupo étnico de personas que se nombren de esta forma. En la misma sala hay pinturas separadas en sistemas de castas. Cuando entras a la habitación, al principio ves una familia europea y luego mientras avanzas hacia el final de la sala, el color de piel de las familias se vuelve más oscuro.

Una pintura inquietante representaba a abuelos de piel más clara abrazando a un bebé de piel más oscura con la frase: “De español y Albina, nace, Torna-atras.” El “Torna-atras” se refiere al bebé de piel más oscura, como si dijera que es menos “civilizado” que aquellos que tienen una piel más clara, sus abuelos. Las personas con piel oscura son representadas en la colección usando progresivamente menos ropa, como si su piel más oscura fuera más primitiva, una retórica racista en la que muchas personas creían y todavía creen.
Aunque es un museo interesante y los objetos expuestos son hermosos, visitarlo fue una experiencia increíblemente perturbadora dada la falta de respeto, consideración y reconocimiento, dado que la mayoría de estos artefactos probablemente fueron robados a grupos nativos de Abya Yala (una palabra Guna para el continente de América Latina y de la que muchos pueblos originarios reclaman su uso). Durante nuestro recorrido fuimos testigos del inquietante hecho de que en un tour, la guía turística, repetía retóricas erróneas y racistas a otros estudiantes.
Me parece sorprendente que los historiadores y antropólogos encuentren satisfactorio organizar una exhibición de esta manera y que todavía permanezca así.
Giovanna Sabini-Leite, student blogger primavera 2020
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