La fragua

¿Por qué doce?

Rosa Regás recordaba haberla visto en el Corte Inglés, hace unos doce años,
los doce minutos de sobra que duró el vuelo a Nueva York
los doce toques insomnes del reloj de péndulo de la sala.

o quizás hay doce fraguas
Una por cada reloj, una por cada insomne, cada peregrino
¿o más de doce?

Eran veintisiete heridas de muerte
              Treinta y siete compañeros de clase
                        Cuarenta y ocho horas de estar comiendo la misma cosa en el mismo lugar.
                      de estar contando los segundos en un lenguaje que ya no existe

El silencio que sigue, que respira por el cuello
El calor del horno que quema las páginas, que quedan cosas extrañas,                                                                                     en doce
Parecía un muerto olvidado en el campo de batalla.

*Las frases en cursiva son citas de cuentos de García Márquez.    

Los Doce cuentos peregrinos que García Márquez desarrolló durante varias décadas no siguen una fórmula concreta. Las expectativas son subvertidas, los géneros son redefinidos. Diversas historias peregrinas construidas por tropos del realismo mágico: la coincidencia, la metáfora o la muerte.

El lector está tan afectado por la desilusión de su propia peregrinación como los personajes. Simultáneamente separado de aquellos sobre quienes está leyendo y íntimamente expuesto a las mismas circunstancias mágicas, construye en su propia fragua las dimensiones de la otredad: la desesperanza, la maravilla, la confusión, la profecía. Se queda preguntándose, ¿qué significa ser otro, ser peregrino?

Este poema-prosa intertextual hace un homenaje a la obra de García Márquez.

Madeleine Ward

El poema-prosa intertextual de Madeleine Ward forma parte de “Apéndices Creativos”, parte del proyecto final para la asignatura  Literaturas Transatlánticas, impartida por la profesora Bethania Guerra durante la primavera de 2020 en Tufts-Skidmore Spain.

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